Trucos, engaños y mentiras

por juancarlosopina

Acceder a la información que entregan los medios, y que supuestamente deben cumplir entre otras una labor de comunicación social, es toda una odisea. Eso ya poco se ve. O mejor para no ser injusto, hoy en día pululan personajes que han tenido acceso a un micrófono, una pantalla o una página para «opinar» o emerger como los que tienen la razón. Ahora se les dice formadores de opinión, y claro que lo son, lanzan sus sentencias y opiniones como certeras posturas que deben ser acogidas por los demás, si no se está de acuerdo, ese es objetivo de cualquier clase burlas, improperios, y en general descalificaciones. En la página de kien&ke se publicaba Pacific Es Colombia, y da cuenta de los intereses o lo que de pronto hay detrás de algunos periodistas.

El periodista se siente con la patente para preguntar, cuestionar, decir y contradecir, pero ellos mismos no exponen sus intereses, que bueno sería para la audiencia saber que hay detrás de una opinión, que intereses existen detrás de ellos. Así como los personajes públicos, ellos también deberían exponer lo que son, pues nada más cierto que son el primer poder (los medios).

Volviendo a dicha revista electrónica y por ejemplo al diario El Tiempo, es bastante molesto que manipulen a las personas con titulares o noticias mal contadas. En kienyke me pasa frecuentemente que el título no corresponde a la idea central de la nota, solo busca atraer lectores, y en internet esto paga, porque posiciona una página y sus espacios publicitarios se valoran. Lo mismo con El Tiempo, tenaz que se juegue de esa manera, ayer por twitter lanzaba con la segunda de futbolred que Millonarios adquiriría el Deportivo español. Obvio que esa noticia no era más que un absurdo, pero generaba una expectativa y dirigía a lectores incautos a mirar de que se trataba. A pesar de las criticas, después de un rato sale la corrección. ¿Acaso estas actitudes no minan la credibilidad de una fuente periodística? Eso pasa desapercibido, porque la gente no le da todavía mucha importancia a esas cosas, y menos en un país donde la verdad, la transparencia es algo que tiene unos límites gaseosos y hay mucha «tolerancia».

A partir de estas situaciones, surge una reflexión y se trata de mirar la condición cultural de nuestro país. Con acierto o no, pero con la libertad de pensar lo que se me antoje construyo mis propias premisas y teorías, ustedes harán lo mismo. Pero si sirve de algo llamo la atención de algunos hechos que se me vienen a la cabeza, así:

1. Cuál será la verdadera historia del «Florero de Llorente» que fue el grito de independencia, varias fuentes consultadas, dan cuenta de que se trató de una estrategia de los criollos para armar la revuelta. Con razón o sin ella, queda en el ambiente que se trató de una viveza, y que sirvió para construir la gran nación que somos. Una mentira piadosa. Listo.

2. Remontándonos muchos años, la operación jaque, exitosa, monumental, se pagó o no, pero se rescataron a varios secuestrados en poder de la guerrilla. Sea como sea, otra viveza, una genialidad que amerita ser contada. Listo, se le ganó a la guerrilla y se le dio un golpe contundente.

3. Cuando estudiaba derecho comercial, recuerdo que se hacia mención a una sentencia, por allá de los años 50´s o 60´s en la que palabras más palabras menos, se reconocía que el comerciante de hecho podría hacer un poquito de trampa.  Listo, un reconocimiento de lo que hoy llaman estrategia comercial.

4. Los que hemos visto fútbol, especialmente en los últimos 10 años, nos sorprendemos con tanta maña y tanta trampa que se ve por televisión, especialmente en el fútbol de estas regiones, en contraste con el que es verdaderamente profesional, el europeo, en donde esas cosas no son una constante, aunque Pepe (semejante lempo) dice que sus rivales recalcitrantes son unos «teatreros».

Bueno estas trazas solo para dar sustento a lo que quiero decir. Hace unos días renunció el Superintendente de Industria y Comercio, el Señor Miguel de La Calle, las razones no vienen a lugar, pero si vale la pena resaltar sus buenos oficios al frente de esa entidad, pues se puso la camiseta de los consumidores y envío mensajes sólidos, que al consumidor se le respeta, si no ahí hay una entidad legítima para hacerlo. Bien, mal o que se le fue la mano, son apreciables las ideas que puso en la mesa y el mercado. Pilas con lo que anuncian, y rescató como un antivalor el engaño, puesto en la legislación como una conducta censurable. Se castigará y sancionará la publicidad engañosa.

Obviamente las voces de quienes como consumidores celebramos que por fin les están poniendo la pata, un fresquito. Otros, por el contrario, es que el tipo es un exagerado. Obvio, hay exageraciones que se pueden admitir pero otras no.  Por favor!

Particularmente estoy harto de las manipulaciones de los medios, de la publicidad y de toda aquello que no es transparente, y celebro claramente cuando por sus negligencias, por su intención bandida de sesgar a las personas son objeto de sanción. Y tengamos cuidado, no sabemos nada de lo que saben los medios, no nos llega la información clara, diáfana, y mucha es manipulada. la invitación es no se puede tragar entero.

Quién le puede creer a un Ministro de Hacienda, que ante las críticas en twitter y de los medios antes de comenzar la discusión ya dice que se va a sacar de la reforma lo del aumento del IVA en la medicina prepagada, que estaba en 10 y pasa a 16%, cosa que no se meditó, pero que era coherente con la racionalización de lo que se pretende, y que era eliminar tantas tarifas del IVA, y como el Estado es alcabalero pues era mejor subirla a 16 que bajara al 5%. Eso es todo.

Y qué dicen de una discusión por el valor de los huevos, agarrador el Director de la DIAN y el representante de los productores de pollos, que se sube, que no. Y la periodista preguntando quién tiene razón. Por favor, vaya al texto y verifique. Mire a ver y contraste. Si ese es su trabajo informar, primero infórmese, pero no, y ay que de papaya un político o una reina que firman sin leer. Autocrítica, muchos seudoinformadores, que se arropan como periodistas no leen, no entienden lo que pretenden informar. Y a ellos ¿quien los ronda?

La reflexión es sobre lo que nos dicen y qué hay detrás. No sé que es más perverso un informador descomplicado que ni entiende, o uno que si entiende a quien está sirviendo…